martes, 11 de enero de 2011

Descubren el planeta más pequeño fuera del Sistema Solar

El telescopio espacial Kepler de la NASA ha encontrado al planeta más pequeño detectado hasta ahora fuera del Sistema Solar. Se trata de Kepler-10b, un exoplaneta rocoso de un tamaño similar a una Tierra y media.

Los miembros de la misión Kepler de la NASA acaban de confirmar el descubrimiento de su primer planeta rocoso: Kepler-10b. Con un tamaño de 1,4 veces el de la Tierra, se trata del planeta más pequeño jamás descubierto fuera de nuestro sistema solar. El descubrimiento ha sido posible gracias a los datos recogidos por el telescopio espacial durante más de ocho meses, desde mayo de 2009 hasta principios de enero de 2010.
“Las mejores capacidades de Kepler han convergido para aportar la primera evidencia sólida de un planeta rocoso que gira alrededor de una estrella que no es nuestro Sol —dice Natalie Batalha, delegada jefa del equipo científico de la misión Kepler en el Ames Research Center de la NASA, en Moffett Field, California (EE UU), y autora principal aceptado por la revista Astrophysical Journal.
El fotómetro ultrapreciso de la nave puede medir las pequeñas disminuciones que se producen en el brillo de una estrella cuando un planeta cruza por delante de ella. El tamaño del planeta se puede inferir de estas caídas periódicas en el brillo. Y la distancia entre el planeta y la estrella se calcula midiendo el tiempo entre descensos sucesivos mientras el planeta gira alrededor de la estrella.
Kepler es la primera misión de la NASA capaz de encontrar planetas del tamaño de la Tierra en o cerca de la zona habitable (la región en un sistema planetario en la cual puede existir agua líquida en la superficie del planeta). Sin embargo, puesto que describe su orbita una vez cada 0,84 días, Kepler-10b se encuentra a más de veinte veces más cerca de su estrella que Mercurio de nuestro Sol y no en la zona habitable.
Kepler-10 fue la primera estrella identificada que podría albergar un pequeño planeta en tránsito, con lo que se colocó a la cabeza de la lista de observaciones basadas en tierra con el telescopio de 10 metros del W. M. Keck Observatory, en Hawái (EE UU). Así se pudo medir pequeños cambios en el espectro de la estrella (efecto Doppler) causados por el revelador tirón ejercido por el planeta que giraba alrededor de la estrella.
Un planeta similar a la Tierra
“El descubrimiento de Kepler-10b, un auténtico planeta rocoso, es un hito importante en la búsqueda de planetas similares al nuestro —dice Douglas Hudgins, del programa científico de la misión Kepler en las oficinas centrales de la NASA en Washington—. A pesar de que no se encuentre en la zona habitable, el emocionante hallazgo muestra el tipo de descubrimientos realizados gracias a la misión y la promesa de que vendrán muchos más”.
Batalha añade: “Nuestro conocimiento del planeta es tan bueno como el conocimiento de la estrella en torno a la que gira”. Debido a que Kepler-10 es una de las más brillantes estrellas objetivo de la misión Kepler, los científicos han sido capaces de detectar variaciones de alta frecuencia en el brillo de la estrella generadas por las oscilaciones estelares, o terremotos estelares. “Este es el análisis que realmente nos ha permitido precisar las propiedades de Kepler-10b”.
“Tenemos una señal clara en los datos de las ondas de luz que viajan dentro del interior de la estrella”, comenta Hans Keldsen, astrónomo del Kepler Asteroseismic Science Consortium en la Universidad de Aarhus, Dinamarca. Los científicos de este centro utilizan la información para comprender mejor la estrella, del mismo modo que los terremotos se utilizan para aprender acerca de la estructura interior de la Tierra. “Como resultado de este análisis, Kepler-10 es una de las estrellas que pueden albergar planetas mejor caracterizadas en el universo cerca de nuestro Sol”, apunta Kjeldsen.
Unas propiedades de la estrella precisas conllevan unas propiedades planetarias precisas. En el caso de Kepler-10b, el panorama que se dibuja es el de un planeta rocoso con una masa de 4,6 veces la de la Tierra y con una densidad media de 8,8 gramos por centímetro cúbico (similar a la de una pesa de gimnasia de hierro).
Fuente: www.plataformasinc.es

'Planck' observa el Universo frío


Los primeros resultados del satélite desvelan una población invisible de galaxias antiguas

Miles de fuentes de radiación muy frías en el Universo forman el nuevo catálogo hecho con los datos que ha recopilado el satélite europeo Planck. En sus primeros resultados científicos, presentados hoy en París, Planck ha desvelado una población invisible de galaxias envueltas en polvo hace miles de millones de años que formaron estrellas a ritmos mucho más elevados del que vemos en nuestra galaxia actualmente. Las medidas de esta población de galaxias no se habían hecho nunca hasta ahora en las longitudes de onda utilizadas por Planck, entre el infrarrojo y el radio.




El satélite fue lanzado en 2009 para estudiar la formación de las primeras estructuras a gran escala en el Universo, de donde surgieron las galaxias. Estas estructuras son las que rompen la uniformidad de la radiación de fondo de microondas, la que permanece como un eco del Big Bang, ya que se emitió solo 380.000 años después, cuando el Universo ya se estaba enfriando.
Para alcanzar el objetivo, hay que descartar las fuentes muy frías (galaxias en su mayor parte) que se interponen y contaminan las medidas y de ahí el catálogo que se ha presentado ahora. También se ha medido otra fuente de contaminación, la llamada emisión de microondas anómala, un brillo difuso asociado sobre todo a las regiones más densas y ricas en polvo de nuestra galaxia cuyo origen ha sido un misterio durante décadas.
Los datos recogidos por Planck confirman la teoría de que esta niebla local de microondas procede de granos de polvo que giran sobre sí mismos a altísima velocidad debido a colisiones con átomos en movimiento o paquetes de ondas ultravioleta.
Y, por último, Planck ha mostrado nuevos detalles de otros actores del escenario cósmico, los cúmulos distantes de galaxias, que muestra como siluetas compactas sobre el fondo cósmico de microondas. El equipo del proyecto ha identificado hasta ahora 189 de estos cúmulos, 20 de los cuales eran desconocidos y han sido confirmados por el observatorio XMM-Newton, también de la ESA . "Estas observaciones las utilizaremos como ladrillos para construir nuestro conocimiento del Universo", dice Nabila Aghanim, del CNRS y la universidad Paris Sud.
"Estos resultados son la punta del iceberg científico", ha dicho David Southwood, director científico de ESA. "Planck está superando las expectativas gracias a la dedicación de todos los involucrados en el proyecto".
El satélite sigue observando el Universo desde su órbita de Lissajous alrededor del segundo punto de Lagrange del sistema Sol-Tierra. Sus próximos datos serán hechos públicos en enero de 2013 y sus responsables esperan que revelen el fondo cósmico de microondas con un detalle inédito.

Fuente: www.elpais.com

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