Blog dedicado a la fisica cuántica, la astronomía y el cosmos.
jueves, 17 de marzo de 2016
"Pronto sabremos de qué se compone la materia oscura"
El físico y divulgador Carlo Rovelli.
La física no es siempre una historia de éxitos. Es un lento caminar en la oscuridad viendo como de vez en cuando algo ilumina el camino. Un camino que, por otro lado, bajo otra luz, podría parecer completamente distinto. Por el momento, lo que sabemos de la materia, dice Carlo Rovelli, ilustre físico teórico, ilustre también amante de la filosofía, experto, estudioso, de la física cuántica, y uno de los fundadores de la llamada 'gravedad cuántica de bucles', es que "un puñado de tipos de partículas elementales, que vibran y fluctúan de continuo entre el existir y el no existir, pululan en el espacio incluso cuando parece que no hay nada, y se combinan entre sí hasta el infinito como las letras de un alfabeto cósmico para contar la inmensa historia de las galaxias, las innumerables estrellas, los rayos cósmicos, la luz del sol, las montañas, los bosques, las risas de los niños en las fiestas y el negro y estrellado cielo nocturno".
Pero ¿cómo hacer entender al ciudadano de a pie todo eso? Rovelli prueba suerte con el intensísimo y deslumbrante Siete breves lecciones de física (Anagrama). Un ensayo clarificador hasta el punto de que el ex director del CERN, Rolf Dieter Heuer, llegó a decir de él que es el libro que "todos querríamos haber escrito".
En Siete breves lecciones de física, Rovelli se aproxima, de la forma más simple posible, a cosas tan complejas como la Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein, la mecánica cuántica, el cosmos (o la arquitectura del universo), la gravedad cuántica (o el intento de construir una síntesis de los grandes descubrimientos del siglo XX) y la probabilidad y el calor de los agujeros negros.
Por último, echa un vistazo, o analiza, desde dentro, pues no hay otra forma posible, al papel que ocupa el ser humano en todo eso, en un mundo tan en extremo abstracto como el que propone la física. Y sale airoso. ¿Su secreto? "Lo único que he hecho ha sido escribir una historia de amor, la de mi pasión por la física", dice. Menciona a menudo la palabra 'belleza' porque, dice, la belleza es inherente a la ciencia.
"La ciencia es conflicto y confusión, pero también es imaginación, ardor, pasión, porque la ciencia no es sólo el conjunto de cosas que hemos descubierto sino la aventura de seguir descubriéndolas", dice. También dice que su absoluta devoción por la física nació tarde, ya en la universidad, cuando cayó en la cuenta de que la Humanidad "es como un muchacho que, a medida que crece, descubre que el mundo es como pensaba. La Humanidad se ha hecho una imagen del mundo que le permite vivir en él, pero que no tiene nada que ver con lo que es realmente", sentencia.
En su libro se resume todo lo descubierto hasta la fecha, y con ello, aproxima al lector principalmente a los avances que se han hecho en el mundo de la física en el siglo XX, ¿con qué cree que estarán relacionados los principales descubrimientos del siglo XXI?
Pues creo que donde más posibilidades hay de descubrir algo nuevo es en el campo de la gravedad cuántica y con respecto al tiempo. Tampoco tardaremos en saber en qué consiste la materia oscura.
Cuando dice que descubriremos más cosas del tiempo, ¿a qué se refiere exactamente? ¿Viajes en el tiempo?
No exactamente. A lo que me refiero es a la explosión de agujeros negros y algo que hoy está todavía en pañales: la gravedad cuántica de bucles. La posibilidad de que nuestro universo puede haber nacido del rebote de un universo anterior. El tiempo que ha mediado entre uno y otro rebote puede haber sido de un milisegundo para la materia, y de 14.000 millones de años para nosotros, porque el tiempo avanza muy lentamente aquí abajo, y pasa muy rápido ahí arriba.
Cuando habla de nuestro universo se refiere a todas las galaxias que lo componen, que son muchas, y, en esas galaxias hay infinidad de planetas como el nuestro...
Sí, y es un descubrimiento que se ha hecho hace poco. Que todas las estrellas que vemos tienen planetas. Hay 100.000 millones de estrellas en 100.000 millones de galaxias y cada una de ellas está rodeada de planetas, igual que nuestro Sol. Así que somos pequeñísimos en la inmensidad. No somos especiales. Y, aunque no hay forma de probarlo, es muy probable que no estemos solos. Digamos que no somos algo extraño en el universo.
Es partidario usted de la teoría de Heisenberg, y opina que la realidad es interacción.
Sí. No hay nada fijo en el mundo, todo es relacional. Lo es en la física, pero también en la ciencia en general, y en otras disciplinas, como la filosofía, en la biología y la psicología. Cuando el psicoanalista analiza a alguien no lo hace de forma aislada sino que lo pone en relación con aquellos que lo rodean. En biología, una proteína no es nada en sí misma sino que es en relación con los demás componentes de un sistema, de la misma forma que los animales son lo que son porque forman parte de una red de relaciones. Veo las cosas como nudos en una red de relaciones.
¿En qué sentido su formación humanista le completa como científico?
Estudié cinco años de griego y ocho de latín, historia, filosofía, historia del arte... La cultura clásica es utilisíma para un científico. La ciencia no es únicamente técnica, es una manera de entender el mundo, y en ese sentido, cuanto más amplios sean nuestros instrumentos culturales, mejor lo entenderemos.
Parece que hubiera una crítica velada en su libro a Stephen Hawking, dando a entender que su fama tiene más que ver con haber podido seguir haciendo física de calidad pese a sus graves problemas de salud que con sus aportaciones, ¿es así?
Stephen Hawking es un científico fascinante pero está claro que no es Newton. La crítica es, en cualquier caso, a la prensa, que ensalza su trabajo, que es un buen trabajo, pero no es el trabajo de un Einstein. No estoy de acuerdo con algunas de sus máximas, no estoy de acuerdo con él, por ejemplo, cuando dice que la filosofía ha muerto.
Muestra cierto temor a que se desconfíe de la ciencia.
Sí, desde hace unos años parece que el concepto de ciencia está en crisis. Entre la gente y entre la cultura más elevada. La cultura más elevada la considera un saber parcial, haciendo suya la máxima de Heidegger. La gente de la calle puede llegar a pensar que la ciencia es un relato como cualquier otro, y equipararlo al religioso, y eso es peligroso. No ver la diferencia entre ellos es un error peligroso.
No es nada halagüeño en cuanto a la supervivencia de nuestra especie, una de las conclusiones del libro es que no tardaremos en extinguirnos.
Bueno, lo cierto es que hemos fastidiado bien el planeta, y ya estamos sufriendo las consecuencias del cambio climático. Pero esa conclusión sólo es mi forma de decir: 'Espabilad'. O más bien: 'Hagamos algo'.
Por último, ¿qué le pareció el descubrimiento de las ondas gravitacionales?
Maravilloso. Algo hermosísimo. Estaba en Estados Unidos, dando clase en una universidad, cuando se puso en marcha la sonda que debía captarlas. Mostré mis dudas desde el principio e incluso un miembro del equipo vino a verme para preguntarme por qué creía que no iba a funcionar. No acababa de creerme que alguien hubiese convencido a otro alguien para utilizar sus fondos así. Me dijeron que en cinco años, a lo sumo 10, habría resultado. Han tardado 25 años en detectarlas pero lo han hecho, y es maravilloso.
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