Los rayos X han permitido analizar una ola de gas a 30 millones de grados de temperatura saliendo del cúmulo galáctico de Perseo
El observatorio Chandra de rayos X, de la NASA, le ha permitido a los astrónomos analizar un inmenso «frente frío» dejando atrás el cúmulo de galaxias de Perseo, situado a uno 240 millones de años luz de la Tierra. En un artículo publicado en Nature Astronomy, los científicos han reconstruido el perfil y el campo magnético que podría haber generado dicha «ola». Esta es básicamente una banda de gas súper caliente, con una extensión de dos millones de años luz y una antiguedad de 5.000 millones de años, que sale de la acumulación de galaxias de Perseo como si se tratara de un inmenso tsunami cósmico.
Este frente se puede apreciar en la imagen de arriba, elaborada con las observaciones en rayos X de varios telescopios. Ahí, se ve una banda clara que representa un frente de gas que sale del centro del cúmulo de Perseo a una velocidad de casi 500.000 kilómetros por hora. Se dice que es un frente frío porque, aunque está a 30 millones de grados centígrados de temperatura, el entorno está aún más caliente, a unos 80 millones de grados.
Lo más llamativo, según los astrónomos, es que a pesar de que está atravesando las turbulencias generadas por un agujero negro supermasivo, y de que tiene la tercera parte de la edad del Universo, el frente se mantiene aparentemente intacto y definido. La única explicación plausible es la presencia de un potentísimo campo magnético.
«El tamaño, la edad y la nitidez de este frente frío es notable», dice en un comunicado de la NASA Stephen Walker, científico en el Centro Espacial Goddard. «Todo lo relacionado con este sistema meteorológico cósmico es extremo».
El origen de esta formación está en el movimiento de los cúmulos de galaxias, enormes estructuras formadas por decenas de acumulaciones de estrellas vinculadas por la gravedad, y rodeadas de vastas nubes de gas súper caliente que emiten rayos X. Solo los súper cúmulos galácticos, formados por varios cúmulos, son estructuras mayores. La Vía Láctea, por ejemplo, está dentro del Grupo Local (un cúmulo galáctico) y forma parte del súper cúmulo de Laniakea.
Si la rotación de la Tierra provoca la aparición de frentes fríos en la atmósfera terrestre, el movimiento de los cúmulos también crea violentas colisiones, capaces de generar turbulencias de escalas cósmicas, como la observada ahora en Perseo.
Imagen cercana del frente frío-NASA/CXC/GSFC/S.Walker, ESA/XMM, ESA/ROSAT
A pesar de su antigüedad y de haber atravesado regiones influidas por la gravedad de un agujero negro supermasivo, este frente tiene unos bordes muy definidos: «De alguna forma, en medio de ese bombardeo, el frente frío ha sobrevivido intacto», dice John ZuHone, coautor del estudio y científico en el Centro de astrofísica Harvard-Smithsonian en Cambridge (EE.UU.). «En vez de haber sido erosionado o de haberse suavizado, se ha dividido en dos frentes nítidos y bien distinguibles».
Un descomunal escudo magnético
Jeremy Sanders, otro de los coautores e investigador en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) sospecha que esto es fruto de la presencia de potentes campos magnéticos. Estos se generarían por el movimiento a altísimas velocidades de las partículas ionizadas del gas. «Parece que los campos magnéticos han actuado como un escudo contra las otras fuerzas del cúmulo», propone.
Las observaciones del Chandra y los modelos matemáticos les han permitido analizar la naturaleza y fuerza de dichos campos magnéticos. Gracias a eso, han podido estimar su potencia: equivalen a un campo magnético un millón de veces más potente que el imán de una nevera, y se extienden 10 veces más allá del límite del frente frío.
Esta formación gaseosa hipercaliente se detectó en 2012, gracias al telescopio XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea y el alemán ROSAT, pero, ahora, con el Chandra, ha sido posible estudiar con detalle su forma. Comprenderlo aporta información sobre la materia en condiciones extremas y sobre la evolución y el comportamiento de las mayores estructuras del Universo.
Este frente se puede apreciar en la imagen de arriba, elaborada con las observaciones en rayos X de varios telescopios. Ahí, se ve una banda clara que representa un frente de gas que sale del centro del cúmulo de Perseo a una velocidad de casi 500.000 kilómetros por hora. Se dice que es un frente frío porque, aunque está a 30 millones de grados centígrados de temperatura, el entorno está aún más caliente, a unos 80 millones de grados.
Lo más llamativo, según los astrónomos, es que a pesar de que está atravesando las turbulencias generadas por un agujero negro supermasivo, y de que tiene la tercera parte de la edad del Universo, el frente se mantiene aparentemente intacto y definido. La única explicación plausible es la presencia de un potentísimo campo magnético.
«El tamaño, la edad y la nitidez de este frente frío es notable», dice en un comunicado de la NASA Stephen Walker, científico en el Centro Espacial Goddard. «Todo lo relacionado con este sistema meteorológico cósmico es extremo».
El origen de esta formación está en el movimiento de los cúmulos de galaxias, enormes estructuras formadas por decenas de acumulaciones de estrellas vinculadas por la gravedad, y rodeadas de vastas nubes de gas súper caliente que emiten rayos X. Solo los súper cúmulos galácticos, formados por varios cúmulos, son estructuras mayores. La Vía Láctea, por ejemplo, está dentro del Grupo Local (un cúmulo galáctico) y forma parte del súper cúmulo de Laniakea.
Si la rotación de la Tierra provoca la aparición de frentes fríos en la atmósfera terrestre, el movimiento de los cúmulos también crea violentas colisiones, capaces de generar turbulencias de escalas cósmicas, como la observada ahora en Perseo.
Imagen cercana del frente frío-NASA/CXC/GSFC/S.Walker, ESA/XMM, ESA/ROSAT
A pesar de su antigüedad y de haber atravesado regiones influidas por la gravedad de un agujero negro supermasivo, este frente tiene unos bordes muy definidos: «De alguna forma, en medio de ese bombardeo, el frente frío ha sobrevivido intacto», dice John ZuHone, coautor del estudio y científico en el Centro de astrofísica Harvard-Smithsonian en Cambridge (EE.UU.). «En vez de haber sido erosionado o de haberse suavizado, se ha dividido en dos frentes nítidos y bien distinguibles».
Un descomunal escudo magnético
Jeremy Sanders, otro de los coautores e investigador en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) sospecha que esto es fruto de la presencia de potentes campos magnéticos. Estos se generarían por el movimiento a altísimas velocidades de las partículas ionizadas del gas. «Parece que los campos magnéticos han actuado como un escudo contra las otras fuerzas del cúmulo», propone.
Las observaciones del Chandra y los modelos matemáticos les han permitido analizar la naturaleza y fuerza de dichos campos magnéticos. Gracias a eso, han podido estimar su potencia: equivalen a un campo magnético un millón de veces más potente que el imán de una nevera, y se extienden 10 veces más allá del límite del frente frío.
Esta formación gaseosa hipercaliente se detectó en 2012, gracias al telescopio XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea y el alemán ROSAT, pero, ahora, con el Chandra, ha sido posible estudiar con detalle su forma. Comprenderlo aporta información sobre la materia en condiciones extremas y sobre la evolución y el comportamiento de las mayores estructuras del Universo.
Fuente: http://elblogantares.blogspot.com.es/2018/04/detectan-un-tsunami-cosmico-arrasando.html
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