martes, 26 de junio de 2018

Esculpiendo el cosmos



Esta turbulenta paleta cósmica de violetas y amarillos muestra una burbuja de gas denominada NGC 3199, producida por la estrella conocida como WR18 (Wolf-Rayet 18).
 (Foto: ESA/XMM-Newton; J. Toalá; D.Goldman)
Las estrellas de Wolf-Rayet son estrellas masivas, potentes y energéticas que están a punto de alcanzar el final de su vida. Expulsan a sus alrededores vientos densos, intensos y rápidos que empujan y barren el material existente, esculpiendo a su paso extrañas y fascinantes figuras. Estos vientos también pueden crear fuertes ondas de choque al colisionar con el medio interestelar, comparativamente más frío, calentando toda la materia cercana. Mediante este proceso, el material puede alcanzar temperaturas tan altas como para emitir rayos X, un tipo de radiación que solo emiten los fenómenos de alta energía en el Universo.
Esto es lo que sucedió en el caso de NGC 3199. Aunque ya se ha visto en otras ocasiones este tipo de situación, sigue siendo poco común: solo se han detectado otras tres burbujas de Wolf-Rayet que emitieran rayos X (NGC 2359, NGC 6888 y S308). Se cree que WR18 es una estrella con vientos especialmente potentes; una vez que se acabe el material con que alimentar estos vientos, explotará violentamente en forma de supernova, finalizando su vida con una última y sobrecogedora explosión.
Esta imagen fue capturada por el instrumento EPIC (Cámara Europea de Imágenes de Fotones) del observatorio espacial de rayos X XMM-Newton de la ESA, y en ella se han marcado con colores los distintos gases. El gas más caliente y difuso, que emite rayos X en el interior de la burbuja de Wolf-Rayet, se muestra en color azul, mientras que un arco brillante y visible en la parte óptica del espectro se ha coloreado en amarillo verdoso (emisión de oxígeno) y rojo (emisión de azufre).
El componente azul y amarillo verdoso forma una nebulosa óptica (una nube brillante de polvo y gases ionizados), que se extiende hacia el extremo occidental de la burbuja de rayos X (en esta imagen, el norte se encuentra en la esquina superior izquierda. Este arco inclinado hizo que los astrónomos identificaran anteriormente a WR18 como una estrella fugitiva que se desplazaba mucho más rápido de lo esperado en comparación con sus alrededores; sin embargo, estudios más recientes han mostrado que la emisión de rayos X observada no sostiene esta idea. Antes bien, se cree que la forma de NGC 3199 se debe a variaciones en la composición química que rodea la burbuja y a la configuración inicial del medio interestelar que rodea a WR18.
 
Fuente: http://elblogantares.blogspot.com/2018/06/esculpiendo-el-cosmos.html

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