Encélado, una pequeña luna de Saturno, saltó a la actualidad hace 5 años cuando la sonda Cassini detectó unos espectaculares géiseres emergiendo de su superficie. Nuevos estudios muestran ahora que los géiseres podrían surgir de océanos líquidos, posiblemente efervescentes, escondidos bajo una corteza de unos 40 kilómetros de espesor. Tales océanos son candidatos ideales para la búsqueda de vida extraterrestre.
Un mundo helado y diminuto
Encélado y sus géiseres polares. | NASA,JPL
Pero esta situación cambiaría cuando en 1997, con el fin de visitar Saturno y sus lunas, la NASA -en colaboración con la ESA- lanzó la sonda Cassini, una nave espacial que viene protagonizando una auténtica odisea interplanetaria.
Uno de sus mayores logros lo alcanzó Cassini en 2005, cuando en varias aproximaciones a Encélado descubrió unas enormes columnas de vapor emanando desde regiones cercanas a su polo sur. Tales géiseres revelaban una importante actividad geológica interna.
Recreación de la sonda Cassini sobrevolando los géiseres.
Océanos subterráneos
Estrías y grietas en Encélado. | NASA,JPL,SSI
Según un modelo descrito por Dennis Matson (del Jet Propulsion Laboratory, NASA), estos océanos podrían contener gases disueltos constituyendo un líquido efervescente de baja densidad. Al acumularse bolsas de este líquido burbujeante en oquedades bajo el hielo se originarían regiones de alta presión. Las altas presiones acabarían formando fisuras y rompiendo la superficie. Por tales fisuras, el agua efervescente de los océanos subterráneos podría llegar a emerger para formar los espectaculares géiseres observados por Cassini. El efecto sería pues similar al que se observa cuando se abre, después de agitarla, una lata llena de un refresco gaseoso.
Condiciones idóneas para la vida
"Rayas de tigre" en Encélado. | NASA,JPL,SSI
El subsuelo de Encélado reúne pues los tres ingredientes que son indispensables para que surja la vida: agua líquida, compuestos orgánicos y una fuente de energía (el volcanismo). De hecho, en algunas regiones del planeta Tierra sometidas a condiciones similares, hay organismos que sobreviven sin mayores problemas.
Hace tan solo unos años, Encélado era una luna desprovista de interés. Hoy es uno de los candidatos prioritarios para la búsqueda de vida extraterrestre.
También interesante
- Encélado es el sexto satélite de Saturno tanto por tamaño como por masa. El mayor de estos satélites, Titán, tiene un diámetro diez veces mayor. Encélado es siete veces menor que la Luna y, naturalmente, ¡cabría holgadamente sobre la Península Ibérica!
- Encélado fue descubierto por el gran William Herschel en 1789, pero su nombre no fue atribuido hasta 1847, cuando John Herschel, hijo del descubridor y también eminente astrónomo, designó a los siete satélites de Saturno conocidos entonces con nombres mitológicos.
- Curiosamente, Encélado ya poseía relación con el volcanismo en la mitología griega. Según los relatos mitológicos, Encélado era un gigante hijo de Urano, que fue derrotado por Zeus durante la Gigantomaquia para ser arrojado después por Atenea sobre la isla de Sicilia. Las erupciones y las llamas del Etna se atribuían a la respiración del gigante allí enterrado.
Fuente: http://www.elmundo.es
Rafael Bachiller es director del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional).
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