Artículo publicado por Davide Castelvecchi el 27 de enero de 2016 en Nature News
Algunos dan la bienvenida a su último
trabajo como una nueva forma de resolver un problema con los agujeros
negros; otros no están seguros de su valor.
Casi un mes después de que Stephen Hawking y sus colegas publicasen un artículo en línea sobre agujeros negros1, los físicos no se ponen de acuerdo sobre su significado.
Algunos apoyan las afirmaciones del
borrador — que proporciona una prometedora forma de abordar un obstáculo
conocido como la paradoja de la información de los agujeros negros, que
Hawking identificó hace más de 40 años. “Creo que hay un sentimiento
general de entusiasmo por tener una nueva forma de estudiar cosas que
puede que nos saquen del atasco en el que nos encontramos”, comenta
Andrew Strominger, físico en la Universidad de Harvard en Cambridge,
Massachusetts, y coautor del último artículo.
Strominger presentó los resultados el 18
de enero en una abarrotada charla en la Universidad de Cambridge, en el
Reino Unido, donde trabaja Hawking.
Otros no están tan seguros de que el
enfoque pueda resolver la paradoja, aunque algunos dicen que el trabajo
arroja luz sobre varios problemas de la física. A mediados de la década
de 1970, Hawking descubrió que los agujeros negros no son realmente
negros sino que, de hecho, emiten cierta radiación2. De
acuerdo con la física cuántica, deben aparecer pares de partículas,
surgidas a partir de las fluctuaciones cuánticas, justo en el borde
exterior del horizonte de sucesos — el punto de no retorno del agujero
negro. Algunas de estas partículas escapan al tirón del agujero negro,
pero se llevan una parte de su masa con ellas, provocando que el agujero
negro mengüe lentamente hasta desaparecer finalmente.
En un artículo3 publicado
en 1976, Hawking señalaba que las partículas que salían del agujero
negro – conocidas como radiación de Hawking — tendrían propiedades
completamente aleatorias. Como resultado, una vez que el agujero negro
desaparecía, la información transportada por cualquier cosa que hubiese
caído anteriormente en el agujero se perdería para el resto del
universo. Pero este resultado choca contra las leyes de la física, que
dicen que la información, como la energía, se conserva, creando la
paradoja. “Ese artículo fue responsable de más noches de insomnio entre
los físicos teóricos que ningún otro en la historia”, apuntó Strominger
durante su charla.
El error, explica Strominger, fue
ignorar el potencial del espacio vacío para transportar información. En
su artículo, él y Hawking, junto con un tercer coautor, Malcolm Perry,
también de la Universidad de Cambridge, se centran en las partículas
“suaves”. Son versiones de baja energía de fotones, partículas teóricas
conocidas como gravitones, y otra serie de partículas. Hasta hace poco
se usaban principalmente para realizar cálculos en la física de
partículas, pero los autores señalan que el vacío en el cual se sitúa un
agujero negro no puede estar desprovisto de partículas — sólo energía —
y, por tanto, las partículas suaves están presentes allí en un estado
de energía cero.
Se deduce, escriben, que cualquier cosa
que caiga en un agujero negro dejaría una impronta en estas partículas.
“Si estás en el vacío y respiras — o haces cualquier cosa — agitas un
montón de gravitones suaves”, comenta Strominger. Tras esta
perturbación, el vacío alrededor del agujero negro ha cambiado, y la
información se conserva.
El artículo pasa a sugerir un mecanismo
para transferir la información al agujero negro — lo cual daría como
resultado la resolución de la paradoja. Los autores hacen esto mediante
el cálculo de cómo codificar los datos en una descripción cuántica del
horizonte de sucesos, conocido como ‘pelo del agujero negro’.
Una transferencia compleja
Aun así, el trabajo está incompleto.
Abhay Ashtekar, que estudia gravitación en la Universidad Estatal de
Pennsylvania en University Park, dice que ve la forma en que los autores
transfieren la información al agujero negro — lo que llaman ‘pelo
suave’ — poco convincente. Y los autores reconocen que no saben aún cómo
se transferiría la información posteriormente a la radiación de
Hawking, un paso necesario.
Steven Avery, físico teórico en la
Universidad de Brown en Providence, Rhode Island, se muestra escéptico
sobre que el enfoque pueda resolver la paradoja, pero está entusiasmado
por la forma en que amplía el significado de las partículas suaves.
Señala que Strominger ha encontrado que las partículas suaves revelan
sutiles simetrías de las fuerzas conocidas en la naturaleza4, “algunas de las cuales conocíamos, y otras son nuevas”.
Otros físicos son más optimistas sobre
las perspectivas del método para resolver la paradoja de la información,
incluyendo a Sabine Hossenfelder del Instituto Frankfurt para Estudios
Avanzados en Alemania. Dice que los resultados sobre el pelo suave,
junto con parte de su propio trabajo, parecen zanjar una controversia
más reciente sobre los agujeros negros, conocida como el problema del cortafuegos.
Ésta es la pregunta a si la formación de la radiación de Hawking hace
que el horizonte de sucesos sea un lugar muy caliente. Esto estaría en
contradicción con la teoría general de la relatividad de Einstein, en la
cual, un observador que cayese a través del horizonte no verían súbitos
cambios en el entorno.
“Si el vacío tiene distintos estados”,
explica Hossenfelder, “entonces puedes transferir información hacia la
radiación sin tener que poner ninguna energía en el horizonte. Por
consiguiente, no hay cortafuegos”.
Referencias
Nature 529, 448 (28 January 2016) doi:10.1038/529448a1.- Hawking, S. W., Perry, M. J. & Strominger, A. Borrador en http://arxiv.org/abs/1601.00921 (2016).
2.- Hawking, S. W. Nature 248, 30–31 (1974).
3.- Hawking, S. W. Phys. Rev. D 14, 2460–2473 (1976).
4.- Strominger, A. J. High Energ. Phys. 1407, 152 (2014).
Fuente: http://www.cienciakanija.com/2016/01/30/el-ultimo-articulo-de-hawking-sobre-agujeros-negros-divide-a-los-fisicos/
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